Siempre nos horroriza el crimen, sin excepción, pero cuando la víctima es un niño entonces el impacto es insuperable.
Esta semana una niña de 12 años ha sido asesinada presuntamente por sus padres adoptivos y todo en unas circunstancias escabrosas y casi bizarras.
No es momento de elucubrar, eso es trabajo de otros, pero haré una breve reseña de algunos hechos.
Asunta es una niña de origen chino adoptada por una familia española que ha sido asesinada esta semana. En Julio de 2012, el abuelo materno de la niña fallece, justo 7 meses después de la muerte de la abuela, ambos en su casa y sin estar afectados por ninguna enfermedad grave. Ese mismo mes la niña crea un blog de internet en el que plasma una oscura historia de una pareja muy feliz que es asesinada y sus almas vagan por el parque de la Alameda, en Santiago, que la niña frecuentaba y donde fueron esparcidas las cenizas de su abuelo, todo esto en inglés y con la ayuda de una profesora inglesa que extrañamente vuelve a su país cuando se había instalado definitivamente en España.
¿Datos?, una niña superdotada, una madre con problemas mentales que relata historias de un hombre de negro que entra en la casa familiar, el cuerpo de los abuelos y la niña, incinerados inmediatamente, una familia poderosa e influyente.
Este año, 19 niños han sido asesinados por sus padres, es el misterio del ser humano, capaz de lo mejor y de lo peor. La mente humana sigue siendo fuente de historias de horror, los demonios interiores, las conexiones neurológicas siguen sin poder explicarse.
Por otro lado en China , más de 300 millones de niñas como Asunta han muerto por prácticas de aborto antes de llegar a nacer por un tema social. El macro-horror y el micro-horror humano que me impactan por igual y me hacen creer que la guerra entre el bien y el mal está con las espadas en todo lo alto.
El nombre original de la niña era Yong Fang, que en chino significa belleza inteligente, sin duda, su verdadera madre, cuando vió a su hija nacer supo en lo que iba a convertirse su hija robada. Descansa en paz, pequeña.
Por Swan Dive.
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