sábado, 7 de septiembre de 2013

"Angelitos" terroríficos.

Pocas cosas causan más inquietud que la combinación entre un niño y la maldad en su estado más crudo. Son dos términos tan antagónicos que, irremediablemente provocan en nosotros un desasosiego que históricamente ha sido usado por directores y productores avispados en la gran pantalla.

Seguro que cada uno tiene sus propios fantasmas de niñez, pero me voy a permitir aquí dar un pequeño repaso por los míos, junto con otros más actuales que ya han quedado en el inconsciente colectivo como iconos del terror.

1. El niño vampiro de Salem´s Lot.

 

La segunda novela de Stephen King, El misterio de Salem´s Lot, de temática vampírica, fue llevada a la televisión magistralmente en 1979 y contenía una escena que marcaría toda mi vida, la de un niño volviendo a visitar a su amigo, después de haber sido convertido en vampiro mientras cruzaba un brumoso bosque de vuelta a su casa. La casualidad de que mi habitación de niño tuviera una ventana igualita en frente de mi cama, me proporcionó nochecitas "muy entretenidas", que ahora recuerdo con mucho cariño.

2. Regan Mc Neil.



Que levante la mano el que haya vuelto a probar en su vida el puré de guisantes después de ver esta obra maestra imperecedera. El contraste brutal entre el realismo extremo del entorno del film y el exceso casi gore de ciertas secuencias, desconciertan tanto que uno asiste boquiabierto al espectáculo casi sin parpadear.
En su día la ví escondido detrás del sofá, casi sin ver nada, lo que no fue óbice para que quedara traumatizado de por vida gracias al maravilloso doblaje que hizo de Regan la actriz Pilar Muñoz.

3. Las gemelas Grady de El Resplandor.



Aunque Jack Nicholson nos dejó "helados" con su magnífica interpretación, la aparición de las dos gemelas se lleva la palma, no sé muy bien si por los peinados, los modelitos cursis o por el espantoso papel pintado de las paredes.

4. Damien Thorn (La Profecía).



El niño era más bonico que un san Luis, pero desprendía mala baba a raudales.
Más que lo que hacía el niño, era lo que provocaba en los demás, desde los mandriles enloquecidos del zoo o la niñera que se suicida a la pobre madre Lee Remick.
¿Quién no ha le ha mirado alguna vez la coronilla buscando tres séises a según que niño?.

5. Gage, el niño del bisturí (Cementerio Viviente).



La imagen del niño escondido debajo de la cama cortándole los tendones del pie con un bisturí a Jud me hizo agacharme unas cuantas veces antes de irme a dormir en mi tierna infancia.

6. Isaac Chroner (Los Chicos del Maíz).




El jefe de los malvados chicos del maíz, aparte de dar mucha grima, aportaba el componente de líder sectario que, unido al atuendo del muchacho, conseguía hacer olvidar que era un niño.

7. Samara (The Ring).



Heredado del cine japonés, el personaje de Samara da miedo por muchos motivos. Es poseedora de un pelazo impresionante pero que urge mucho de sanear, una tez blanca preocupante, fruto de años viviendo en un pozo de 2 metros cuadrados, todo interior aunque, eso sí, sin pasillo. Lo realmente grave del asunto es que mata usando teléfono fijo y cintas VHS, lo que expone su gusto por lo retro y además, para rematar, cuando sale del televisor, te deja el comedor hecho un asco.


Espero que os haya gustado este pequeño repaso a mis miedos infantiles.


Por Swan Dive.

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