Regalamos a nuestro alrededor cientos de felicitaciones para el nuevo año tan gratuitas como vacías de contenido porque apelamos a la suerte para que ella nos traiga felicidad. No podemos andar más equivocados porque la felicidad es un estado mental que no se consigue con dinero ni ninguna cosa material de esas que anhelamos, sino que se consigue estando en paz con uno mismo. Y no lo conseguimos porque estamos inmersos en una sociedad que no te permite ni un segundo de paz. Una sociedad que te mantiene en continua competición con el resto de congéneres que tienes alrededor, en una escalada de materialismo y narcisismo que no tiene fin y que no te permite alcanzar esa paz desde la cual se puede elevar la conciencia y alcanzar estados mentales que te llevan a encontrarte a tu yo interno,el que debe pilotar tu ser.
Oigo como nos quejamos de la situación que vivimos en nuestro país y nuestro mundo a diario pero rara vez oigo a nadie hacer autocrítica. Hemos olvidado que, nosotros, como personas adultas, somos los únicos responsables de nuestra situación, la última elección es siempre nuestra. El nivel de la clase política es directamente proporcional al nivel cultural de los ciudadanos que la eligen. No me gusta quejarme de mis dirigentes ni burlarme de ellos simplemente porque son un fracaso mío, profundamente mío. Tenemos y hemos tenido a nuestro alcance las armas para crear una sociedad mejor pero las hemos obviado porque estamos plenamente adaptados a esta sociedad insana. No recuerdo quién dijo "No es un síntoma de salud estar bien adaptado a una sociedad profundamente enferma", pues eso.
Hoy he visto un vídeo en el que unos mercenarios pagados por gobiernos asociados al mío jugaban al fútbol con las cabezas cortadas de gente que defendía a sus familias en Siria. Es duro ver esto y mirar luego la cara de mi hijo, porque puede que algún día él me pregunte: ¿papá, porque no hacíais nada cuando pasaba ésto?¿porqué consentísteis esto? Por supuesto tendré que responder "porque era un cobarde y tenía el estómago lleno".
En la Alemania nazi nadie quiso darse cuenta de lo que sucedía, sólo pudieron ver el horror pasados los años y aun hoy hay gente que no lo reconoce. Y todo porque el rebaño iba en una misma dirección ¿como iba yo a darme al vuelta y andar en dirección contraria?.
Se nos llena la boca de que queremos cambiar el mundo pero para eso tenemos que cambiarnos a nosotros primero y parece que será difícil. Visto lo visto sólo nos reuniremos y saldremos a la calle a protestar si nos tocan el bolsillo, nos suben la luz, cuando el verdadero problema es que en el mundo no hay justicia, ni para las niñas asesinadas ni para las víctimas del terrorismo y ni, por supuesto, para pararle los pies a los grandes poderes que han convertido nuestra civilización en un valle de lágrimas. Pero,claro, mientras sea la hija de otro la asesinada.....
Otro dato que me ha llenado de emoción; en el año 2007 Juan Carlos I de España mandó construir un pabellón de caza con una cámara acorazada que nos costó 2 millones de euros a los españoles donde el monarca guarda por ejemplo un rifle de caza profusamente decorado con incrustaciones de oro de 24 kilates, platino y mira telescópica de Swarovski cuyo precio es incalculable. Ya sabéis para lo que se va a usar, para matar a algunos de los animales más bellos y nobles que habitan este planeta, en una monstruosidad que pagamos tú y yo.
Siempre he huído de los líderes simpáticos como nuestro rey, Obama o el Papa Francisco, porque un buen líder nunca se hará el simpático con el pueblo, porque ser líder es algo muy serio que implica gran responsabilidad. Estos líderes simpáticos no son más que enviados del mal para engañar y adormecer nuestras conciencias, la Bestia mueve sus hilos y los de tantos otros.
En definitiva, cuando ves que todo es mentira, lo que quieres es que en el año nuevo que entra se destruya todo lo establecido y empecemos de cero para poder redirigir a esta humanidad al camino correcto y no acabe exterminada por algún diluvio como otras anteriores......quizá aun no sea tarde y algún día pueda hablarle con orgullo a mi hijo de cómo lo hicimos.
Por Swan Dive.
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