Después de los análisis efectuados por parte de cinco institutos independientes (Universidad de Turín, Universidad de Zenica etc.) de los materiales que conforman el conglomerado que recubren las pirámides, todos concluyen que se trata de un hormigón de muy alta calidad, cemento geopolímero.
Aunque las imágenes que teníamos y la simple observación eran más que suficientes para afirmar que estos monumentos eran auténticos, las pruebas científicas eran necesarias para confirmar la gran noticia.
Si a esto le unimos la datación por Carbono 14, que da a las pirámides una antigüedad aproximada de 25.000 años, observamos que coincidirían en el tiempo con la civilización de Lemuria, es decir, que serían más antiguas que las pirámides de Gizah (relacionadas con la civilización atlante).
Aunque es bien conocido que la prueba del carbono 14 sólo es efectiva sobre materiales orgánicos, al estar estas pirámides sepultadas por un inmenso bosque, se ha podido aplicar el carbono a los sedimentos de alrededor.
Esto supone una revolución en la datación de el resto de pirámides, ya que las ruinas encontradas frente a las costas de Japón comparten la datación de 25.000 años, lo que aviva la teoría de que existieron en tiempos remotos civilizaciones avanzadas que desaparecieron debido a drásticos cambios geofísicos (Atlántida, Lemuria).
Otra novedad muy relevante sobre las pirámides bosnias ha sido el estudio hecho por el ingeniero eléctrico Goran Samoukovic de la universidad de Belgrado sobre los fenómenos electromagnéticos del valle de las pirámides.
En la pirámide del Sol y de la Luna, en el túmulo de Vratnica y en el laberinto subterráneo Ravne, se detectaron las siguientes frecuencias:
Una frecuencia de 28´4 kHz que no se utiliza en nuestra tecnología y que cuadra exactamente con el rayo electromagnético detectado saliendo de la parte superior de la pirámide del Sol y, por último, una resonancia Schumann de 7´83 HZ que es la óptima para el ser humano y que este complejo arquitectónico ha estado generando desde hace miles de años de manera constante.
También quiero dejar aquí constancia de una imagen obtenida por una familia estadounidense de origen salvadoreño en Chichen Itzá en 2009 con mucha carga de polémica y que, de ser real y obedecer a un pulso electromagnético, podría confirmar a todas estas pirámides alrededor del mundo como gigantescas máquinas generadoras de energía, aunque, en honor a la verdad también podría tratarse de una mala pasada del iPhone, juzguen ustedes mismos.
Dos instantáneas seguidas obtenidas por Héctor Siliézar el 24 de Julio de 2009.
Por Swan Dive, fuente: http://piramidesdebosnia.com/
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