Sí, sé que puede sonar demasiado contundente y atrevidamente lapidario, pero las evidencias que defienden esta afirmación son tantas que es imposible obviarlas.
Pocas cosas hay en nuestras vidas tan comunes y cotidianas como la Luna. La hemos observado en nuestros cielos sin interrupción a lo largo de la historia y la aceptamos como la cosa más normal del mundo, cuando, en realidad, no lo es en absoluto.
"Estudiando el resto del sistema solar, llegamos a la conclusión de que la Luna no debería estar ahí" dijo en cierta ocasión el gran Isaac Asimov y no le faltaba razón.
Para comenzar, vamos a repasar la hipótesis expuesta en los años 60 por los científicos rusos Vasin y Sherbakov y avalada posteriormente por más investigaciones.
Dicho estudio ahonda en los misterios del satélite incidiendo en varios puntos clave.
Relación de tamaño entre la Tierra y la Luna.
En primer lugar, el tamaño de un planeta respecto a su satélite debe ser muchas veces mayor de lo que lo es la Tierra respecto a la Luna.
La distancia que nos separa de ella hace que la divisemos de un tamaño igual al del Sol, lo cual da lugar al extraño fenómeno del eclipse solar durante el cual nuestra estrella queda totalmente oculta.
Con la ley de la probabilidad en la mano, prácticamente imposible. Como imposible resulta la órbita de la Luna respecto a la Tierra que es asombrosamente circular, cuando sabemos que los satélites que son atrapados por planetas describen órbitas elípticas sin escepción.
Extraña perfección de la órbita lunar.
La sospecha de que es hueca es posiblemente la más increíble, pero es la conclusión a la que han llegado diversos estudios después de comprobar que después de cualquier impacto sobre la superficie lunar, se sucede un efecto "campana" y que dichos impactos crean cráteres que, independientemente del diámetro sólo alcanzan una profundidad máxima de 4 km de profundidad, lo cual hace sospechar de la existencia de una bóveda a partir de la cual nada puede penetrar.
Esto unido a su densidad, de sólo un 60% la densidad de la Tierra ha llevado a los científicos a afirmar que la Luna parece haberse formado "al revés" o que ha sido vaciada artificialmente.
Con respecto a su origen es donde más controversia hay y encontramos hasta cuatro teorías principales.
La teoría de que la Luna es un trozo desprendido de la propia Tierra está casi totalmente descartada por la inmensa diferencia entre la naturaleza de ambos cuerpos. Este mismo problema descarta también que ambos cuerpos se formaran a la vez.
La tercera teoría dice que la Luna era un cuerpo errante que fué atraído por la Tierra pero aquí volvemos al problema de que la órbita lunar debería en este caso ser excéntrica y no perfectamente circular como realmente es.
El fenómeno del eclipse, algo inédito en el universo conocido.
La cuerta teoría era en tiempos la más descabellada, pero con el paso de los años ha debido ser considerada como probable dado que es la única en la que encajan todas las piezas. Evidentemente se trata de la que dice que nuestro satélite fué construido en alguna época remota por una civilización tecnológicamente muy avanzada por algún motivo que se nos escapa, pero se admiten apuestas, por ejemplo, para dar luz nocturna al planeta Tierra, para ser usada como plataforma de lanzamiento de misiones espaciales o simplemente para controlar y vigilar discretamente a la humanidad por parte de una civilización no humana.
Existen además referencias históricas a que la Luna no siempre estuvo donde se encuentra hoy, por ejemplo Aristóteles, en la constitución de tagues dice "los bárbaros de Arcadia tenían derecho a la Tierra por estar habitándola antes de que la Luna apareciera en los cielos".
Plutarco escribió: "estos eran los arcadios, el llamado pueblo prelunar".
Apolonio Rodio menciona "la época en la que todavía no estaban todos los astros en el cielo".
En el salmo 72 de la Biblia se puede leer "tú eras temido desde la época del Sol y antes de la época de la Luna".
En crónicas tibetanas se refiere que en tiempos antediluvianos no existía Luna en los cielos.
El caso es que parece no ser el único ejemplo de satélite artificial, ya que Japeto, la luna de Saturno, muestra también evidencias de artificialidad, como por ejemplo la marca de ensamblado que tiene en el centro que marca un pliegue en forma de arista de 18 km de altura.
Como no podía ser de otra manera, Hollywood nos da la pista con la estrella de la muerte de Star Wars de algo que podría tener más de ciencia que de ficción.
La Estrella de la Muerte y Japeto, la Luna de Júpiter, con su evidente ensamblaje.
Otro asunto sería hablar de todas las anomalías que se han observado a lo largo de la historia en la superficie lunar o sus alrededores. Casi desde el comienzo de la era de la observación astronómica fueron y son divisadas extrañas luces entrando y saliendo del enigmático satélite.
En definitiva, un misterio tan claro, tan evidente, que por el hecho de tenerlo ante nuestras narices no hemos sido capaces de reparar en que la Luna, nuestra Luna, simplemente no debería estar ahí, alterando nuestras mareas, regulando nuestros ciclos, inspirando nuestros poemas y lo que es seguro es que está puesta ahí para nosotros, por nosotros, parece que alguna importancia tenemos si alguien se molestó en crear algo así .
Después de conocer estas cosas ya nunca miras al cielo nocturno con los mismos ojos, sólo miras hacia arriba de reojo y sacas una pequeña sonrisa......¿que más podría hacer?.
Como dice el Principito: "cuando el misterio es demasiado impresionante, es imposible desobedecer".
Por Swan Dive. Fuentes: http://algoestacambiando.wordpress.com; ww.lagranepoca.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario